Historia

Combarro es una villa con honda ligazón con el mar. La antigua playa de la Chousa el muelle de la Calle o muelle viejo son ejemplo de esta comunión entre Combarro y el mar. Tanta es la ligazón que las propias casas, calles y hórreos están directamente dentro del mar.

Combarro fue declarado conjunto histórico-artístico en el año 1972.

Construido directamente sobre el granito y a la orilla del mar, su conjunto histórico representa la esencia de la arquitectura popular gallega. Se encuentra escondido al borde de la Ría de Pontevedra, y es justo esa situación privilegiada la que permitió que llegue incluso el siglo XXI manteniendo intactos una estructura urbanística y un estilo arquitectónico más propios del siglo XVIII o XIX.

El conjunto arquitectónico de Combarro se caracteriza por tres elementos fundamentales: los cruceros, las casas pescadoras, y por último, los hórreos, que se convirtieron prácticamente en su símbolo. También se caracteriza por estar construido directamente sobre un bloque granítico, que los antiguos habitantes de la villa utilizaron como material de construcción, y que incluso aprovecharon como cimientos para las casas (aun hoy se pueden ver).

Los Cruceros

El crucero es una construcción muy extendida en la comunidad gallega, aunque también se pueden encontrar multitud de ejemplos en otras regiones con orígenes celtas, como por ejemplo en la Bretaña francesa o en Irlanda. En el caso concreto de Galicia, los antropólogos nos hablan de un culto precristiano a los dioses protectores de caminos y encrucijadas, lo que más tarde se cristianiza, como muchos de esos cultos. La cultura popular, en cambio, dice que protegían esos lugares porque eran considerados enclaves mágicos, con una energía especial, y allí tenían lugar reuniones de magas. La construcción del crucero significaba hacer de esa encrucijada o camino un lugar seguro, un camino libre y despejado.
En el caso concreto de Combarro, los cruceros cuentan con una peculiaridad añadida, y es que la figura de la virgen está siempre dirigida hacia el mar, mientras que el Cristo mira hacia la tierra.

De los dos cruceros que se encuentran en la plaza de San Roque, el primero que nos encontramos es de construcción muy sencilla, ya que no cuenta con ninguna figura adosada a la cruz. En cambio, el que preside el centro de la plaza presenta a Cristo (mirando hacia  tierra, por supuesto), y a la Virgen del Socorro, figura recurrente en la zona antigua de Combarro. Esta virgen se caracteriza porque lleva en su mano una especie de garrote y porque tiene a sus pies al demonio. Se trata, sin duda de una clara representación del bien sometiendo al mal.

Las casas pescadoras

Se trata del tipo de vivienda más característica de la villa: casas pegadas, la planta baja dedicada a almacén de aperos de pesca y agrícolas, existiendo en la mayoría de los casos un lagar para la elaboración del vino para el consumo de la familia, una costumbre que llega incluso a nuestros días.

En la planta alta se situaba la cocina al fondo y una sala o sobrado en la parte delantera. Los dormitorios eran de dimensiones mínimas, contando tan sólo con una cama y quizá un baúl.

En la fachada destaca el balcón. Cuando era de piedra, como en el caso del edificio que alberga la biblioteca, era un signo indicativo de que la familia propietaria disfrutaba de una buena situación económica.

Los pescadores, por regla general, tenían que conformarse con la madera o el hierro forjado, y solían pintarlos de colores muy vivos, ya que aprovechaban la pintura que les sobraba de sus embarcaciones. El balcón apoyado sobre columnas da lugar a los típicos soportales, que en Combarro, la diferencia de otras villas, no permite una circulación fluida de las personas, sino que surgen como simple elemento de sustentación. No podemos dejar de señalar que todos los balcones de la parte antigua de Combarro están orientados hacia el mar, y que cuando se construyeron todos ellos tenían unas vistas privilegiadas de la Ría de Pontevedra, que era, al fin y al cabo, el lugar de trabajo de la mayoría de los vecinos.

Los hórreos

Los hórreos son una especie de almacén o despensa donde antiguamente se guardaban los alimentos de la casa familiar, sobre todo maíz y patatas, pero también jamón o hasta pescado. Orixinariamente, en esta región las paredes eran de cañas trenzadas, y el tejado era de paja, de ahí que en esta zona se les llama «palleiras». En épocas posteriores se optó para su construcción por materiales más resistentes, como la madera o la piedra, y aproximadamente de esa época (siglos XVIII y XIX) son los ejemplos que se conservan en la orilla del mar.

Se colocan sobre columnas para evitar que la humedad del suelo o los ratones arruinen la cosecha. De hecho, las piedras circulares que hay sobre las columnas se llaman «tornarratos», ya que su utilidad principal era impedir que los roedores llegaran al interior del hórreo.

En realidad, lo que hace de los hórreos de Combarro un elemento original y único en el mundo es, por una parte, la enorme cantidad de estas construcciones que se conserva (cerca de 60 en todo la villa), y la situación de 30 de ellos alineados a lo largo de la costa. La pregunta más repetida ante la situación de los hórreos es: por qué colocar un hórreo a la orilla del mar? La respuesta es muy sencilla, y refleja el espíritu práctico y funcional de los antiguos combarreses. Muchos de los vecinos de Combarro poseían tierras al otro lado de Ría, como por ejemplo en Campelo o Lourido, por lo que decidieron que el mejor medio para transportar las cosechas sería por mar, y para eso, nada mejor que colocar las despensas justo en la costa, para descargar directamente las embarcaciones sin necesidad de transportarlas por los complicados caminos que entonces existían.

No entanto, este sistema también dio quebradeiros de cabeza a los campesinos combarreses, ya que hubo hasta piratas que durante la marea alta arribaban a la costa para saquear los hórreos de los vecinos.

Todos estos valores hacen de Combarro la ubicación ideal para un Encuentro de Embarcaciones Tradicionales.